Qué quieres ser de grande?
No te parece una pregunta recontra complicada? especialmente a los 16 años.
Es verdad que muchas personas supieron lo que querían desde chiquititos pero pensaría que un buen porcentaje tuvo (tuvimos) varias opciones en mente.
Están los que se cambiaron de carrera un par de veces hasta encontrar su vocación y estamos nosotros, los que fuimos casi coaccionados a terminar lo que empezamos. En mi época y especialmente en la situación en la que estábamos, no había ningún «pobrecita hay que llevarla a un test vocacional para que decida bien» ni un «que se tome su tiempo para decidir» ni «ya pues que se cambie de carrera si es lo que la hará feliz». Ah no. En mi caso era «Esto es lo que hay» «lo tomas o lo dejas». Y la verdad es que hoy, después de tantos años, lo agradezco.
Lo primero que quise fue ser sicóloca psicóloga. Tengo esta mala costumbre«cualidad» innata para analizarlo todo y tenía todas las ganas de hacer algo por las personas. Hasta que un buen día lo descarté porque entendí que:
- Si hoy lo analizo todo sin tener las herramientas, no puedo imaginar lo que serían mis relaciones interpersonales con toda esa información. Creo que me pasaría de vueltas todo el tiempo y no podría fluir.
- Mi carácter no funciona para esto. Estoy segura de que al primer problema que alguien me contara, iba a tener que pararme a abrazarlo y terminaríamos llorando juntos a moco tendido.
Psicología: Descartado. Next.
Luego decidí que sería lindo ser profesora de critters niños pero cuando llegó la hora de estudiar la economía de mi familia se jodió por completo complicó un poco y salió al rescate mi abuela pero educación de ninguna manera hijita, porque te vas a morir de hambre.
Pos ora? recorcholis, rayos y centellas, quién podrá defenderme? Estuve dándole vueltas a todas las posibilidades explorando un megamix de opciones y el ganador fue «Hoteleria y Turismo».
Que pena que «turista» no sea una opción de profesión!
Cuando fui a decirle a mi abuela que había encontrado una carrera mostra y que quería meterme a la San Ignacio me pinchó el globo rapidamente y me dijo que estaba totalmente de acuerdo con la carrera pero que ella escogería el lugar #chan
Decidió inscribirme en Cenfotur, o «sinfuturo» como lo llamábamos con cariño y sin entender todavía que si pues, que sí tenía una gran reputación y trayectoria.
No contenta con su decisión, pensó que como el siguiente ciclo empezaba en varios meses, sería una buena idea meterme a la PRE Cenfotur. Yo hice una de mis últimas pataletas de la vida en el local y le dije que me rehusaba, que no quería, que lo pensáramos mejor.
Mi abuela, que no creía en nadie, me miro de reojo y se paró a pagar.
Así que, en contra de mi voluntad, fui a la pre. El primer dia me encontre con una amiga del colegio, que estaba exactamente en la misma situación que yo. Nos abrazamos y nos encomendamos a la sarita, a la melchorita y a todos los santos posibles para que todo termine rápido.
Entré a la carrera en el 1er puesto. Nunca le dí importancia pero creo que vale la pena mencionarlo en estas «memorias» por si algún día mis hijos (o mis sobris bellos) leen esto y se sienten orgullosos de mi. #votapormi #quierolapazmundial
Yo no quería ir a ese lugar por las siguientes razones:
- Nunca había escuchado de ese lugar y recontra huequis quería estar donde estaban mis amigas, donde revienta el cuete. (hoy me siento feliz de haber estudiado ahí)
- Tenía que ir en UNIFORME
Con ese uniforme me sentía cajera de banco. Respeto a todas las cajeras de los bancos (especialmente porque debe ser un trabajo recuuuntra pesado y por atender a clientas ladillas estresadas como yo!) pero definitivamente es un look que no me conviene. Falda azul marino, blusa blanca con el ribete azul,el saquete y la tabita azul. De terror.com
Para la clase de housekeeping teníamos otro uniforme con mandil y todo. Ese era hasta un poco divertido. No te imagines a la «mucama sexy» por favor #noseasmalcriado.
Mi abuela, que no confiaba en nadie (me refiero a NADIE. De verdad) iba todos los meses a pagar la «mensualidad». Ella se presentaba a la hora de mi break con una lista donde tenía apuntado el número de serie de cada billete. Pagaba personalmente, me daba la fotocopia y se quedaba con el original.
Teníamos un trato. Ella tenia presupuestados los 580 soles mensuales que costaban mis clases, pero si yo lograba 1/2 o 1/4 de beca, ella me daría la diferencia. Y así fue como todos los ciclos me ganaba mi propina.
Aparte de eso me metía en cualquier negocio que fuera posible. Vendía «Ebel», fui anfitriona en algunos eventos, trabajé de anfitriona en un restaurant italiano y así me iba recurseando.
Casi todos estábamos en la misma situación así que cuando nos juntábamos para estudiar o hacer trabajos en grupo, el menú de siempre era tallarines con salsa blanca. Hacíamos chanchita y a veces hasta nos alcanzaba para ponerle jamón.
Debo decir que fueron 2 años y medio súper pajas. Conocí gente recontar buena onda y aprendí mucho. Hice muy buenos amigos , algunos quedan hasta hoy.
Nos íbamos de viaje, parábamos de fiesta en fiesta, barranqueabamos un montón. Nos divertíamos mucho. Ya sabes, la época del cabo blanco limón y el ron kankun. Mi hígado no me lo agradece.
No puedo estar más agradecida con mi abuela por haber tomado esta decisión por mi y por haberla financiado. Si estuviera viva, quizás estaría orgullosa de mi.
Trabaje 11 años en Hotelería y tuve las mejores experiencias de mi vida. Los primeros años trabaje frustrada porque pensaba que eso no era lo que yo quería hacer, pero la hotelería te enamora. Especialmente si trabajas en hoteles como los que yo trabajé.
Si, es duro, es esclavo, es demandante, pero trae muchísimas satisfacciones y se vuelve algo así como un vicio. No se trabaja en Hotelería, se vive la Hotelería. Es como un estilo de vida, la vives 24/7. Siempre hay algo nuevo, algo entretenido, algo diferente.
Qué quiero ser de grande? Aún tengo muchos planes por cumplir, muchas metas personales y profesionales.
Si algo me ha enseñado la vida es que las cosas no siempre salen como uno espera (y no por eso son menos buenas) y como diría Borges:
«Uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Y uno empieza a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado incierto, y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad»
Qué quiero ser de grande? quiero seguir trabajando, quiero ser mamá y cuando lo sea, quisiera tener la sabiduría y equilibrio para no descuidar mi vida personal y familiar porque no hay trabajo que valga más que eso y especialmente quiero vivir intensamente cada día de mi vida.
