Bienvenidos al tren

Viajar en tren es increíble y tiene grandes ventajas.

Muchos países del mundo están recontra bien conectados, ofreciendo la posibilidad de conocer lugares maravillosos de una manera fácil y rápida.
Incluso puedes irte a pasar el día a alguna ciudad cercana. En un país con trenes, no hay excusas para no viajar. #enrealidadnuncalahay.

Hay tallas y modelitos #pruebesincompromiso… están los trenes tradicionales, los nuevos con asientos súper cómodos, enchufes y wifi (importante en estos días en los que no queremos podemos desconectarnos), los de alta velocidad y los trenes de lujo.

Ave

Lo bacán es que te ahorras todo el trámite y las 2 ó 3 horas antes en el aeropuerto, aunque puede ser no apto para ansiosos como yo, porque resulta que anuncian el andén de salida aproximadamente unos 20 minutos antes de la partida.
Me ha pasado tambien llegar 10 minutos antes por algún problema en el metro #conloshuevosdecorbata, segurísima de que perdía  el tren.

El otro punto positivo es que puedes disfrutar de la vista. Realmente ves paisajes increíbles. Atraviesas ciudades y países tan facilmente que es realmente fascinante.

Dependiendo del tren que uses o la tarifa que pagues, hasta una comidita y unos vinitos/chelitas te puede tocar.

Mis recomendaciones son las siguientes:

    1. Si bien suele haber un vagón donde puedes comprar comida (en realidad básicamente panguches), te sugiero que si tu tarifa no incluye comida te compres un panguchito y una botella de agua (o la bebida de tu preferencia), antes de subir. Tendrás más variedad y ahorrarás unos centavitos.
    2. Siempre que puedas imprime el ticket. Yo me relajé y empecé a usar el ticket electrónico pero funciona siempre y cuando estés seguro de que la batería no te va a jugar una mala pasada.
    3. Si eres de los que se marea en el tren, revisa que te toque un asiento mirando al camino y no de espaldas a el.
    4. No vayas con tanta anticipación pero tampoco con las justas #conlasjustice, pues para algunos trayectos y por temas coyunturales, se han aplicado controles de seguridad mucho más extremos y toman tiempo.
    5. Llévate un buen libro o ten listo un buen playlist para disfrutar del camino.
    6. Así sea invierno, recomiendo siempre llevar manga corta abajo, vestirse como cebolla. A algunas líneas se les pasa la mano con la calefacción.
    7. Lo repito siempre porque me sigue costando y en cada viaje lo vuelvo a sufrir: Viaja ligero

Cuando el viaje es por mudanza, el tren puede ser positivo porque nadie te va a pesar la maleta, pero eso si…. te la vas a tener que bancar tu solita… rodarla, cargarla, acomodarla, etc.

Alguna vez escuchaste eso de «Dios aprieta pero no ahorca»? Ya, te lo prometo. Y por alguna razón extraña, en mi vida aparecen siempre personas como ángeles, como estrellas, que me ayudan a pasar algunas situaciones difíciles. Siempre.

Mis últimos días en París los pasé entre amigos. Esos amigos que cuando vives fuera, se vuelven tu familia.
Tenía una tendinitis en el hombro terrible y una contractura de aquellas. El día anterior habia tenido mi primera (y espero que última) incursión en un hospital francés.

Cuando llegó el momento de tomar el tren para venir a Alemania, mis amigos almorzaron conmigo y me acompañaron no solo hasta la estación de tren sino hasta la misma #meramerita puerta y hasta me subieron las maletas. En  Colonia, mi mamá me esperaba con refuerzos para ayudarme a bajar todo.

PERO, yo, la que siempre intenta viajar ligero (y te prometo que he dejado cosas por las calles de París y sigo dejando cosas en Bonn), tenía otras 2 petacas y un carry on que tendría que recoger en algun futuro cercano.

Así que, unas semanas después me tocó volver para la despedida respectiva con mis amistades y para recoger mis cosas.
Tanteando un poco, todos tenían algún plan a la hora que tenía que irme a la estación y la verdad de las cosas es que ya me habían ayudado un montón y ya estaba mejor del brazo, así no quise molestar más y me aventuré con mi cargamento.

Una de las maletas (la azul de la derecha) estaba tan gordita que cada 5 minutos se caía de costado. Casi no rodaba, las ruedas pedían chepi.

Maletas Paris

Cha que fue duro. Pensé que podría maniobrarlas sin problema pero fue recontra complicado. Fui a la estación, a la Gare du Nord, en taxi porsupuesto y super temprano porque mi ritmo era modelo tortuga. Caminaba 10 pasos y una petaca se caía, y así sucesivamente.

Interrogué a cada persona del Thalys, la línea del tren que usaría, para que me indiquen cual sería el andén antes de publicarlo. Usé el recurso de la cara del gato de Shrek (tenía el sombrero y todo) y lo logré:

Gatito

Así que rauda y veloz me puse en la fila con todas mis petacas y esta sensacion extraña de estar dejando atrás una etapa de mi vida, sin saber lo que me depara el futuro.

Justo, justito, para la ruta que yo tomaba (París – Colonia, pasando por Bruselas) se ha implementado el control de maletas con scanner. Cargue usted las maletas.
Una vez que el pasajero de atrás me vió cual escena de cantinflas tratando de cargar una maleta y tambaleándome con ella, se apiado de mi y me ayudó a cargarlas para el control.
Acto seguido se hizo humito, desapareció y no lo culpo.

Para ponerle mas emoción al asunto, mi vagón era de los ultimitos.. Ok, contente, no sueltes la lagrimita aún… vamo ahi, vamos con fe…. pensaba mientras la gente, apuradísima, me pasaba por encima cada vez que yo paraba a recoger la maleta azul queparecía  suicida.

Al cabo de un rato, un alma caritativa que ya había avanzado hasta el siguiente vagón, regresó y me ofreció ayudar a rodar una de las maletas (le dí la azul porsupuesto). Por coincidencias de la vida, estábamos en el mismo vagón, así que me sentí super aliviada…. HASTA QUE…… llegamos al esperado vagon 23 y adivina que? La batería de mi celular, en donde tenía mi ticket electronico, había muerto, colapsó, kaput, out #chan.

El señor que me ayudó, tuvo que subir al vagón y yo me quedé afuera, con mis petacas y el corazón a mil pensando en un plan de acción.

Ay pero que tonta, si tu siempre tienes una batería externa para cargar el celu … Muerta también #chanfle. Todo confabuló. Empecé a preguntarle a los pasajeros si tenían un cargador externo para poder cargar mi telefono si quiera #masquesea unos 5 minutos, enseñarle el ticket y subirme al pinche tren. Nada, manan. Nadie tenía.

Le pregunté al hombrecito del sombrero en la puerta del tren si me podía dejar subir para cargar el telefono en mi asiento (si, hay enchufes ahi) para enseñarle el código. Vessssta … el hombre pensaba que le quería hacer el viejo truco #lacriollada y subirme de polizonte.

Cuando la lágrima empezaba a asomar, el hombre se compadeció de mi y me pidió el pasaporte para ver si encontraba mi reserva. Nada, nothing, manan. No la encontró y ahí si que la paciencia se le acabó y me pidió que me retire.

El tiempo corría, no podía quedarme otra noche en París porque al día siguiente volaba a las 6:00 am a Palma de Mallorca y sobretodo, porque no quería moverme medio centímetro más con las maletas y volver a hacer el mismo trámite para el siguiente tren disponible.

De pronto, se iluminó una luz por la puerta y salió el mismo señor que me ayudó a rodar la maleta, ya casi con la aureola y las alas, y me pregunta si me puede ayudar en algo. Cha que lo quise abrazar. Le pregunté por un cargador, no tenía.
Hasta que se nos prendió el foquito y me prestó su celular para entrar a mi mail y enseñar el maldito código.

El hombre del sombrero me dió luz verde, el señor de las alas y la aureola me ayudó nuevamente a subir las maletas al tren. Me senté en mi sitio y acto seguido el tren partió.
Lloré durante los siguientes 45 minutos, pero ahi estaba yo, en primera clase, tomándome un vino y cerrando otra etapa de mi vida.

Oye bien feo fue. Toda una serie de eventos desafortunados, pero ya pasó.
Nunca te olvides de esta historia que te puede servir para tus siguientes viajes en tren.

Esta es solo la primera parte de mi camino de regreso, ya te contaré la segunda parte …. continuará …
 

 


10 respuestas a “Bienvenidos al tren

Deja un comentario