Hoy, hace un año, me armé de valor y me fui a probar suerte, a empezar de nuevo en París.

Hoy, exactamente hace un año, me desperté con un nudo en la garganta y con una serie de sentimientos encontrados.
Triste, por alejarme de mi familia y amigos, asustada por empezar de nuevo en un lugar tan distinto y sin hablar el idioma, ansiosa porque yo soy así, emocionada por la nueva aventura, soñando con viajes increíbles y con la ilusión de un nuevo amor.

Siempre me dijeron que cuando uno vuelve a su lugar, siente como si nada hubiera cambiado, como si el tiempo nunca hubiera pasado. Es cierto; todo alrededor sigue siendo igual aunque quien cambia, y mucho, es uno mismo.

Ya no se mira con los mismos ojos. Las cosas, felizmente, se ven desde otra perspectiva y los problemas que antes eran grandes, hoy son pequeños obstáculos que se aprenden a superar, uno a la vez, tomando acción, sin lamentarse #Liberosis.

Hoy, 12 meses #QueParecen24 después, 5 mudanzas, 3 ciudades, 1 blog, 1 idioma más #OuiOui, algunos sueños cumplidos, una lista importante de aventuras, grandes lecciones de desapego y aprendizaje y en el mejor momento de mi relación conmigo misma, escribo desde Máncora, uno de mis lugares favoritos del Perú, mirando el mar, rodeada de mi familia (aunque falten varios) y con una sensación plena de paz y tranquilidad.

Hoy recuerdo cada uno de los 365 días vividos con una sonrisa en la cara, con mucho cariño y por qué no, con orgullo, pero sobretodo con  la certeza absoluta de que siempre será mejor arriesgarse que quedarse con la duda, que todo lo que pasa es lo que tenía que haber sucedido; que estamos exactamente donde nosotros mismos decidimos estar.

Al final, siempre nos quedará París.